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jueves, 25 de abril de 2024 00:28h.

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El mapa de la fe en Misiones: Muchos eligen no inmunizarse por motivos religiosos y otros por sólidos argumentos en contra de la vacuna

MISIONES, Argentina.- Hay credos religiosos que se resisten a la vacunación y la provincia tiene el mayor porcentaje de inoculantes sin aplicar. Qué plan tienen  la gobernación para convencer a esos sectores.

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Misiones es la provincia con mayor diversidad religiosa de la Argentina. Y es, desde que se inició la campaña nacional, la más atrasada en la vacunación contra el coronavirus. La relación entre estos dos datos tiene matices, pero sirve para explicar por qué la tierra colorada tiene el porcentaje más alto de dosis sin aplicar en el país: 32.88%, el equivalente a 393.366 unidades hasta este sábado, según el Monitor de Vacunación difundido por el Ministerio de Salud.

“Tenemos resistencias de parte de gente que no se quiere vacunar por cuestiones religiosas. Y también tenemos grupos antivacunas que no son tan representativos”, reconoce el gobernador, Oscar Herrera Ahuad, en diálogo con TN.com.ar. E intenta una explicación: “En una provincia con 650 mil personas de población objetivo, si tenés estos grupos cuesta poner las últimas dosis”.

Hasta el momento 569.367 misioneros recibieron al menos una aplicación. Es decir que hay más de 80 mil integrantes del grupo prioritario que todavía no se dieron ninguna vacuna: un 13% del primer objetivo, y en un contexto de demanda libre.

El número preocupa y desde el gobierno provincial no lo disimulan. El artículo 14 de la Constitución menciona que “todos los habitantes de la Nación gozan de profesar libremente su culto”. Y la vacunación contra el coronavirus -se sabe- no es obligatoria. La resultante es un amplio sobrante de vacunas por gente que se niega a inmunizarse invocando cuestiones de fe.

Algunos sectores evangélicos -en especial, aquellos con raíz en Brasil que apoyaron a Jair Bolsonaro en el rechazo a las medidas de aislamiento- iniciaron una campaña para desalentar la vacunación. En Misiones, desde el inicio de la pandemia, las ceremonias religiosas estuvieron suspendidas menos de dos meses. Reabrieron el 12 de mayo del año pasado, y si bien se les impuso aforo (hoy es del 50% de la capacidad de cada establecimiento), esto nunca llegó a resentir la convocatoria: escenarios móviles al aire libre y caravanas fueron la solución que encontraron los credos para continuar con sus celebraciones a una escala mayor de público, amén de diversas emisiones radiales.

“Están con eso del nuevo orden mundial, del control de la natalidad, del demonio a través de la vacuna”, comenta Rossana Barrios, subsecretaria de Culto del Gobierno de Misiones. La funcionaria encabeza desde el mes pasado operativos diarios para convencer a aquellos grupos que ofrecen resistencia.

El problema se agrava en zonas rurales y hacia el interior provincial. Pozo Azul, donde viven más de 10 mil habitantes, recién superó el 10% de la vacunación de la población objetivo hace algunas semanas. Una delegación sanitaria se dirigió hasta esa localidad y no consiguió aplicar más de 100 dosis en un radio de 200 kilómetros.

“La resistencia se notó mucho ahí. Tuvo que ir el consejo de pastores y la Secretaría de Culto para intentar cambiar la visión de estos grupos”, menciona Herrera Ahuad. En Puerto Argentino, en tanto, los vacunadores fueron recibidos con manifestaciones e insultos. Y en Misiones está el distrito con menor avance de la vacunación en el país: San Pedro, donde apenas el 29.4% de los habitantes (más de 30 mil en total) recibieron la primera dosis.

“Esto es una cuestión de salud pública, no de fundamentalismo religioso”, señala Barrios. Y añade: “Hace un tiempo me tocó trabajar en defensa de la vida -en alusión a la oposición a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo- con un pastor de Aristóbulo del Valle. Él no estaba de acuerdo con la vacunación. Al principio adujo que con la vacuna querían controlar la natalidad, y que era un plan estratégico para un nuevo orden mundial. Pero contrajo el virus, su burbuja se contagió y luego se sumó a la campaña. Su iglesia incluso es una de las que más gente recibe para vacunarse”.

Misiones debe su nombre a la comunidad jesuítica. Según el Registro Nacional de Cultos, allí conviven 3217 credos -más de la mitad del total existente a nivel nacional- correspondientes  a las cinco grandes religiones: cristianismo, judaísmo, islamismo, budismo e hinduismo. “Hay católicos, ortodoxos, bautistas, mormones, asambleístas, pentecostales, adventistas, menonitas, luteranos, rito bizantino, umbandistas, kimbandistas. Nosotros nos reunimos con todos para pedirles que aceptaran la vacuna”, enumera la funcionaria.

El crisol religioso también implica que haya sectores que sí adhieren a la inmunización, a punto tal de que a partir de julio muchas iglesias de la provincia comenzaron a funcionar como centros vacunatorios. La Iglesia Cristiana Evangélica Asamblea de Dios (más conocida como “La 248”), que cuenta con más de 700 templos a lo largo de la Ruta Nacional 14 y en la Zona Centro en general, fue una de las que se sumó. Sin embargo, allí también coexisten diferentes posturas.

El argumento antivacunas: “Las dosis tienen óxido de grafeno y los vacunados son personas transgénicas”

“El que se aplica esta inyección se está aplicando modificaciones del genoma humano. Están modificando nuestro genoma y los vacunados pasan a ser personas transgénicas. Y como son transgénicos pueden ser patentados y propiedad de otra persona”. Este mensaje, difundido a través de las redes sociales, pertenece a Carlos Flamig, médico (matrícula provincial 971) de Oberá y pastor: fue integrante de la Asamblea de Dios hasta que se apartó y formó su propia congregación religiosa.

Flamig, que se desempeña en el PAMI, fue acusado el mes pasado de recomendarles a sus pacientes que no se vacunaran: les decía que no usaba barbijo porque es “un hombre de fe” y reconoció que nunca hizo la cuarentena. “Sabía que no era el tratamiento correcto”, justificó. “Ese médico causó un gran problema. Después pidió disculpas”, comenta Herrera Ahuad.

Desde hace meses, el abogado Alberto Monaca es otro referente antivacunas. En las últimas horas circuló en las redes sociales un video suyo desalentando la inmunización junto a otras 10 personas en la puerta de la Casa de Gobierno. Envuelto en una bandera argentina, el letrado alzó la voz: “Venimos en nombre del pueblo argentino a hacer un pedido de informes completo y acompañando documentación científica. Hay dos informes del Ministerio de Salud de la Nación que reconocen las muertes después de las vacunas experimentales”.

Y concluyó: “Tenemos un informe de la Universidad de Almería (España) que demuestra que las vacunas contienen óxido de grafeno (sustancia compuesta por una red de átomos de carbono). A partir de hoy, ciudadanos argentinos, el gobernador no va a poder hacer la vista gorda. El ministro de Salud tampoco. Ya presentamos una nota. Si no vuelven para atrás y siguen fomentando la campaña de inoculación de sustancias experimentales transgénicas, se convierten en cómplices de genocidio y delitos de lesa humanidad. Así de simple”.

Fuente: TN todo noticias