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viernes, 17 de mayo de 2024 00:17h.

SALUD

Jesús siempre nos sana en toda circunstancia

Buenas nuevas para todos Dios siempre nos sana en todas circunstancia más allá de nuestras propias expectativas contamos con su poder y su favor de nuestro lado.

 

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Perspectivas polarizadas sobre este tema abundan.Por un lado están pastores quienes prometen salud y riquezas para todos aquellos que siguen a Jesús y por el otro lado, están los escépticos que piensan que la mayor parte de la gente que asegura haber vivido una experiencia física de sanidad o están mintiendo o delirando. Aún los cristianos que están de acuerdo en que Dios sana algunas veces—pero no siempre—enfrentan confusión. ¿Sana Dios si nosotros simplemente tenemos suficiente fe? ¿Debemos asumir que la enfermedad es un regalo de Dios, diseñado para enseñar sobre el sufrimiento, la perseverancia, y la soberanía misteriosa de Dios en medio de la maldad? claro que no pensar de esta foema es entrar en decadencia.

Para contestar de manera más detallada este tipo de preguntas, primero necesitamos reconocer la sanidad por lo que es. Es decir, que existen más de un tipo de sanidad divina.

Primer tipo de sanidad: Un virus ataca mi cuerpo, y mis glóbulos blancos entran en acción, buscando al perpretador para eliminarlo. Cada segundo, pequeñisimos fragmentos de materia mineral y orgánica son enviados a aquellas partes de mi cuerpo que las necesitan, obrando reparaciones en una manera continua, hora tras hora, año tras año. Mi cuerpo se sana a sí mismo todo el tiempo. Es el resultado de la gracia de Dios, quien me creó, me busca, me conoce, y me ama.

En el segundo tipo de sanidad, un profeta judío pone sus manos sobre ojos ciegos y oídos sordos y causa que puedan ver y oír instantáneamente. Un joven que nació sordo asiste a un entrenamiento conmigo y es sanado inmediatamente después de que alguien oró por él en el nombre de Jesús. Inmediatamente llama a su prometida con su teléfono al oído (que hasta ese día era un oído sordo). Tienen una emocionante conversación, por decir lo menos. Una mujer que ha estado en una silla de ruedas por años, oran por ella en el nombre de Jesús, es sanada inmediatamente, y se levanta de su silla de ruedas. Meses después, solicitó que descontinuaran sus beneficios por discapacidad. (El periódico Daily Mail y el BBC difundieron su historia).

Un tercer tipo de sanidad: A los 11 años de edad, guío mi bicicleta al centro de una calle con mucho tráfico. Mi tibia y peroné fueron aplastados entre mi bicicleta y un VW, y el filo del parabrisas me hizo una cortada de cuatro pulgadas entre mi hígado y mi bazo. Llega una ambulancia en minutos, y los paramédicos me entablillaron mi pierna. En el hospital, me recolocaron la pierna. Un cirujano remueve fragmentos del parabrisas de mi torso, y repara la cortadura. Después de 16 semanas, ando cómo si nada hubiera pasado. La ambulancia, los paramédicos, la habilidad del cirujano, los descubrimientos que hacen posible que haya salas de operaciones y anestesia—son todos regalos de un Dios amoroso, cuya misericordia permite que ocurran sanidades por todas partes del mundo que otras generaciones hubieran llamado sanidades milagrosas.

Fuente: christianitytoday