En la noche del 2 de mayo, luego de tener que retirar la reforma que rebozó la paciencia de la ciudadanía, se inició una acción de violencia desmedida por parte de las autoridades que derivó en múltiples masacres contra la población civil.

En la noche del 3 de mayo, las masacres se incrementaron. Se pasó de contención y represión de la protesta a ejercicios sistemáticos de violencia, incluso se han visto imágenes de particulares armados (paramilitares), amenazando y agrediendo población civil.

Hasta el 4 de mayo en horas de la mañana, se conocía de más de de 31 muertos, 10 víctimas de violencia sexual y centenares de casos de violencia contra manifestantes. Conforme pasan las horas, llegan decenas de reportes de nuevos casos de violencia. A pesar de eso, el Gobierno de Iván Duque, continúa impulsando el uso de armas por parte de la fuerza pública y el Ejército para acallar la protesta legítima.

Durante la noche del 4 y amanecer del 5 de mayo, la violencia arreció en diferentes ciudades; se denuncia que en Cali, mientras había confrontación el servicio de Internet fue bloqueado para impedir que la población compartiera en redes lo que estaba sucediendo. Se habla de centenares de desaparecidos, muchos muertos; se observa el uso de armas de largo alcance por parte de la fuerza pública. Hoy, el gobierno no ofrece garantía para los derechos humanos en Colombia.

Por eso, los colombianos claman por ayuda internacional para detener este genocidio. Le pedimos a la ONU en sus diferentes órganos, en especial al Consejo de Seguridad, que intervenga en Colombia para detener esta masacre.

¡COLOMBIA no aguanta más y necesitamos intervención internacional!

Fuente: Change.org