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jueves, 25 de abril de 2024 16:48h.

REFLEXIÓN

Una iglesia para quienes

La iglesia cristiana se ha caracterizado por efectuar cambios en la sociedad a lo largo de la historia. La razón por la cual las personas seguían a Jesús y lo buscaban tanto (que no había lugar para sostener a las multitudes) es porque Jesús entendía su realidad y podía cambiar sus vidas. Él tenía la compasión para identificarse con ellos, pero también el poder para renovar lo que estaba destruido. 

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La palabra relevancia, según el diccionario, es una conexión que relaciona, algo que se puede aplicar, algo que se puede identificar, afiliado, asociado, conectado, pertinente. Es conectarse a la realidad de alguien, identificarse con esa persona y ofrecer una solución que se puede aplicar. Es exactamente lo que hacía Jesús. Se conectaba a la realidad de las personas, podía identificarse con el lenguaje y la cultura de esa persona, y ofrecía una solución aplicable al problema.

Si Jesús era relevante, y a lo largo de la historia grandes personajes relevantes han sido cristianos, ¿por qué será que a tantas iglesias hoy les cuesta tanto trabajo ser relevantes? Parece que en vez de entender y conectarnos con la cultura para traer soluciones, solamente criticamos la cultura. Cuando las personas llegan a algunas iglesias no entienden lo que ocurre en las reuniones, la música es rara y la gente habla un lenguaje cristiano; se sienten observadas y escuchan enseñanzas que no tienen nada que ver con lo que están viviendo.

Algunos pastores e iglesias creen que ser relevante es ser “cool”. Otros pastores creen que ser relevante es modernizar la Biblia para que no sea ofensiva para la sociedad. La Biblia no debe y no necesita ser modernizada, es la Palabra eterna de Dios, siempre relevante; los que tenemos que cambiar somos los que enseñamos la Palabra de Dios para que nuestra generación y cultura la puedan entender y sean transformados por Su poder.

Aunque me pesa, creo que hay muy pocos pastores en el mundo hispano que entienden lo que significa liderar una iglesia relevante y ser líderes relevantes para sus ciudades. Viajo sirviendo a iglesias y me encuentro con muy pocos pastores que pueden explicar, por experiencia personal, cómo transformar una iglesia para que sea relevante en su comunidad y no solo un templo al que viene gente el fin de semana. El desafío es que debemos ser líderes que entienden la cultura actual, que dan lugar a las nuevas generaciones, y que logran la transición de una iglesia tradicional a una iglesia relevante para su contexto.

Mi historia

He tenido el privilegio de liderar una iglesia en el Perú llamada Camino de Vida y muchos amigos y visitantes comentan que nuestra congregación tiene una cultura que se conecta con las personas, desde los voluntarios, hasta el arte en las paredes de los lobbies; desde el tipo de música en la adoración, hasta la iluminación en sus reuniones; desde el lenguaje que usan, hasta el esfuerzo extraordinario por llevar el amor de Dios a los que menos tienen y más lo necesitan. Cuando tú estás entre la gente de nuestra congregación te sientes bienvenido. Trabajamos para que sea fácil conectarte con Dios y ser transformado y no difícil y solo para los entendidos o los de la casa. Ser relevantes no es tan misterioso. La gente normal debe sentirse normal en un ambiente normal solo que con una atmósfera de amor sobrenatural.

El mundo necesita iglesias relevantes. De qué nos sirve tener el único mensaje que puede cambiar al mundo si no hacemos el esfuerzo por explicarlo de una manera que el mundo lo pueda entender. Es como cuando Pablo, el apóstol, dijo: “Amados hermanos, si yo fuera a visitarlos y les hablara en un idioma desconocido, ¿de qué les serviría a ustedes?” (1ª Corintios 14:6. NTV). Mucho de lo que hacemos en la iglesia es un idioma desconocido para el mundo, y no les sirve. Algunos se preguntan por qué su iglesia no crece si están predicando la sana doctrina. Quizás sea porque han dejado de conectarse con la generación actual. Quizás sea porque se han aislado tanto del mundo que ya ni saben cuáles son los problemas que viven. Quizás sea porque les interesa tanto mantener felices a los congregantes actuales que se han olvidado de hacer todo lo posible por salvar al perdido. La Iglesia no existe para hacer felices a los religiosos; existe para llevar la salvación de Jesús a un mundo perdido.

Jesús se vistió de carne y hueso, habló el idioma de su generación, entendía los problemas de su cultura y comunidad, usaba la ropa de un hombre común, pasaba tiempo con los pecadores de mala fama, hablaba con leprosos cuando nadie más se atrevía, y todo lo que hizo fue relevante, porque ama tanto a las personas que no quiere que nadie se pierda sino que tengan vida eterna.

Debemos detenernos a pensar y evaluar lo que hacemos y lo que provoca en nuestros vecinos. Quizás el ejercicio te hará sentir incómodo, y eso es bueno, porque estoy seguro de que te provocará a ser un líder relevante. Si quieres inspirarte a cambiar la historia de tu comunidad y recibir las herramientas necesarias para transformar tu iglesia, necesitas estudiar, evaluar, investigar y salirte de tu manera de hacer siempre las cosas.

Es mi oración que pronto veamos una iglesia relevante en todo el mundo de habla hispana. Una que invada todos los rincones de la tierra respondiendo necesidades, que ya no se queje de la cultura, sino que esté influyendo en la cultura por la gracia de Dios.

Fuente: Robert Barriger - Pastor