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viernes, 29 de marzo de 2024 08:59h.

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

Estudian cómo la conciencia sobrevive a la muerte clínica

Un estudio realizado por la Universidad de Southampton examina las evidencias de la supervivencia de cierta conciencia en pacientes clínicamente muertos.
 

¿Hay vida más allá de la muerte? Es una pregunta que algunos científicos están intentando responder a través del estudio más amplio sobre experiencias cercanas a la muerte, en el que han participado profesionales de quince hospitales en Reino Unido, Estados Unidos y Austria, examinando a 2.060 pacientes que sufrieron un paro cardíaco.

 De estos, 330 sobrevivieron, y 140 – un 40 % aproximadamente – dijeron que habían experimentado algún tipo de conciencia mientras se encontraban “clínicamente muertos”, poco antes de que su corazón fuese reanimado. 

El doctor Sam Parnia, conocido por sus investigaciones en experiencias cercanas a la muerte, es quien ha dirigido el estudio. “La evidencia que tenemos – dice Parnia – es que justo después de la muerte, la conciencia no se pierde. Sabemos que el cerebro no puede funcionar cuando el corazón ha dejado de latir, sin embargo (en muchos de los casos investigados) encontramos que la conciencia continuó durante al menos tres minutos”. 

OBSERVACIONES PRECISAS SIN EXPLICACIÓN:

 Uno de los casos, un paciente de 57 años de edad, puedo dar detalles sobre la reanimación de su cuerpo, con descripciones específicas del personal de enfermería que le trataba y el sonido de las máquinas. “Pero en este caso, la conciencia parece haber continuado durante en el período en que el corazón no le latía hasta durante tres minutos, a pesar de que el cerebro normalmente deja de funcionar en el plazo de 20-30 segundos después de que el corazón se ha detenido”, explica Parnia.

 “Al contrario de lo que se cree, la muerte no es un momento específico, sino un proceso potencialmente reversible que se produce después de que nos afecte alguna enfermedad o un accidente que paralice nuestros órganos vitales”, dice Parnia. “En este estudio hemos querido ir más allá del término emocionalmente definido como experiencias cercanas a la muerte, para explorar objetivamente lo que sucede cuando morimos”, añade.

 Para el doctor, el hecho de que otros no tengan estas experiencias se debe al influjo de los medicamentos aplicados, los cuales llevan a algunos pacientes a tener pérdidas de memoria cuando son intervenidos.

 “Si bien no es posible probar absolutamente el significado de las experiencias de estos pacientes y su percepción de conciencia, es imposible negar que sucede y por lo tanto debemos seguir investigando en esta dirección”, concluye el director de la investigación. 

MÁS INVESTIGACIONES EN MARCHA:

 Aunque muchos no podían recordar los detalles específicos, surgieron algunos temas comunes. Uno de cada cinco explicó que había sentido una sensación inusual de tranquilidad mientras que casi un tercio dijo que el tiempo se había ralentizado o acelerado. Algunos recordaron haber visto una luz brillante. Otros relataron sentimientos de miedo o ahogarse o ser arrastrados por las aguas profundas. Un 13 por ciento dijeron que se habían sentido separados de sus cuerpos y el mismo número dijo que su percepción había aumentado. 

“Mucha gente ha asumido que estas experiencias son alucinaciones o ilusiones, pero vemos que se corresponden a los hechos reales”, dice Parnia.

 El doctor David Wilde, psicólogo de la Universidad en Nottingham, está compilando datos sobre experiencias fuera del cuerpo en un intento de descubrir un patrón que vincula cada episodio. Espera que las últimas investigaciones alentarán nuevos estudios sobre el tema controversial.

 “Simplemente no sabemos lo que está pasando. Todavía seguimos en oscuridad acerca de lo que ocurre cuando uno muere y espero que este estudio ayude a dar algo de luz científica sobre ello”, explicó Wilde.

 El estudio fue publicado en la revista “Reanimación”, cuyo editor, el doctor Jerry Nolan, considera que “Parnia y sus colegas deben ser felicitados por la realización de un estudio fascinante que abrirá la puerta a una más amplia investigación sobre lo que sucede cuando morimos”.