Buscar
miércoles, 17 de abril de 2024 05:23h.

MENSAJE

El momento de la prueba, cuando nos reflejamos en la historia de Job

Job era un hombre libre de culpas, recto, perfecto, sin mancha, temeroso de Dios y apartado de todo mal. Sin embargo Dios permitió que atravesara por una profunda prueba. Perdió todos sus bienes, una sarna maligna tomó todo su cuerpo y como si eso no era suficiente, perdió a toda su familia. Pero a pesar de la adversidad Dios nunca lo abandono y atendio sus necesidades.

Job-681x498

Esta historia nos muestra que no necesitamos desobedecer a Dios para atravesar por alguna circunstancia mala en nuestra vida.

En cualquier momento, la prueba puede tocar nuestra puerta por más rectos y obedientes que seamos. Dios puede permitir que atravesemos por alguna circunstancia difícil para que su propósito se pueda cumplir en nosotros.

…“Cada vez que meditamos esta historia, hallamos similitudes con nuestra vida, y nos imaginamos a Satanás delante del Señor, preguntándole si cree que nosotros le servimos de balde’ y pidiéndole que nos quite la tranquilidad con la que vivimos, destruyendo nuestro hogar, dañando a nuestra familia y verás cómo dejaríamos de alabarlo y de serle fiel..”. Tu siempre le has dado todo, así es fácil que te sean fieles y que te obedezcan en todo…”

Aunque por más profundo y doloroso que hayan sido los procesos por los que pudimos atravesar, nuestra confianza siempre debe estar depositada en nuestro señor. Siempre debemos tener presente que al igual que a Job, Jehová siempre nos librará de la aflicción, y nos devolverá multiplicado lo que en su momento perdimos. Dios usa las aflicciones, las luchas, las pruebas para moldear nuestro carácter. Él quiere que seamos personas fuertes, que no tengamos miedo a enfrentar las pruebas porque cada una de ellas nos prepara para superar las que vendrán…

Si nos sujetamos de su mano, él nos pondrá en alto y nos ayudará a salir victoriosos en todo. Toda la Gloria se la damos a nuestro Dios, nuestro amparo y pronto auxilio. A los que aman a Dios, todas las cosas nos ayudan para bien. Aún aquellas que en el momento no podamos comprender. Amen. Dios les siga bendiciendo.

Fuente: Kelly Anderson