Paul Wood de Lodi, California, fue a su médico de cabecera hace varios meses porque tenía unos fuertes dolores de cabeza y problemas para mantener la estabilidad al caminar.

Fue enviado a un neurocirujano en San Francisco, sospechando que podía haber sufrido una hemorragia cerebral, pero luego los escáneres revelaron signos claros de un tumor cerebral.

Ante el diagnóstico sombrío, Wood se volvió hacia su fe en Jesús y su comunidad cristiana evangélica a la que asiste fielmente, la Gravity Church.

Fue inundado con mensajes de apoyo y oraciones de parte de sus hermanos en la fe y amigos. Wood no exigía a Dios que le sanase, pero puso su esperanz y fe en que si Él quería, podía hacerlo.

Finalmente llegó el día de su ingreso para la cirugía. Los médicos se sorprendieron al realizar un estudio previo y descubrir que el tumor había desaparecido.

“Estamos haciendo pruebas con toda nuestra tecnología médica y tratamos de llegar a una conclusión. Somos como detectives, pero a veces suceden cosas que no podemos explicar ", declaró sobre su caso el Dr. Richard Yee.

Con la cirugía cancelada, Wood simplemente expresó que "es un milagro y así es como Dios lo planeó".

Independientemente de si los demás creen o no que su recuperación es gracias a la intervención divina, Wood espera que su historia inspire un rayo de esperanza en pacientes que sufren diagnósticos similares. Ha declarado que le hubiese sanado o no, habría seguido creyendo en Él y que la oración no es una "fórmula mágica", pero sí que es una puerta abierta a que Dios obre en nuestra vida.

Fuente: evangelicodigital