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jueves, 18 de abril de 2024 01:28h.

EL COSTO DE AYUDAR AL PRÓJIMO

Soy un médico musulmán. Le salve la vida a un cristiano en Pakistán y casi me cuesta la vida

Un médico musulmán sufrió una odisea después de salvarle la vida a un cristiano en Pakistán, desde vandalismo, amenazas de muerte y el repudio de la ONG islámica

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Soy un médico paquistaní, que actualmente reciben asilo político en los EE.UU. durante el último año y medio. Me refugié aquí después de tener que pasar por mucha humillación y odio declarado por tratar de ejercer la medicina ética y por pertenecer a una minoría religiosa en mi propia patria.

Hace un tiempo, mi padre se retiró de un banco local de renombre en Pakistán y se trasladó a los EE.UU., junto con el resto de mi familia. Seguí viviendo en Pakistán: yo era un graduado médico persiguiendo el sueño de la educación de postgrado en nefrología.

La vida parecía bien encaminado hasta que una noche mientras trabajaba un turno de Urgencias, recibí un paciente que necesita diálisis urgente. Desatendido y despeinado como estaba, no había nadie con él para conseguir el medicamento que necesitaba. Ante el riesgo de muerte, agarré instintivamente la medicina de emergencia donada a través de zakat, un sistema islámico de limosna para aquellos pacientes que no cuentan con los recursos necesarios, y así fue que se realizó la hemodiálisis de urgencias para salvar su  vida.

Luego de la hemodiálisis el sobrevivió, pero  inmediatamente me enfrentó a la ira de la enfermera quien se enojó conmigo porque el paciente era un cristiano y según ella las limosnas islámicos no estaban destinadas a ser utilizados en aquellos que no fueran musulmanes. Pero yo nisiquiera conocía la fe del paciente, ni sabía que existía una ley de este tipo. Pero esto no termina ahí. El representante de una ONG islámica conservadora, que era un donante de la clínica, estaba furioso por lo que había hecho. Ellos atribuyeron mi falta de conocimiento sobre las leyes limosnas al hecho de que pertenezco a una secta minoritaria musulmana.

Esta situación vino seguida de amenazas telefónicas además del vandalismo de mi coche y de mi moto. En una conferencia médica ofrecida por el presidente de la misma ONG que se había quejado de mí, me amenazaron de muerte.

La vida aquí en EEUU es difícil, ya que no puede ejercer la medicina. Tengo un trabajo a tiempo parcial mientras tanto estoy trabajando en la obtención de una licencia para practicar la medicina aquí. Durante todo este tiempo, también estoy profundamente preocupado por la discriminación de los musulmanes en Estados Unidos. Yo personalmente siento que este país es el abandono de los principios mismos. Los demagogos emergentes en esta campaña electoral me hacen sentir que no tengo lugar para buscar refugio más aquí.

Me fui a sabiendas que mi camino era ayudar a un ser humano que necesita ayuda, sin pensar acerca de su religión y me enfrenté sin querer a un contragolpe que cambiaría mi vida para siempre. Pero, en nombre de la humanidad, considero que todo valió la pena.


Fuente: El guardián