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viernes, 19 de abril de 2024 00:05h.

REFLEXIÓN

El silencio de Dios no es indiferencia

No pienses que si Dios guarda silencio es indiferente, suele estar fabricando una resurrección. Jesús pasó tres días muerto, de jueves a domingo; parecía que las tinieblas habían ganado y los impíos celebraron, pero en realidad, estaba visitando a los salvos de otros tiempos para llevarlos a Dios... la resurrección estaba por llegar.
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Ante la maldad, en apariencia Dios estaba impávido, como ausente, guardando silencio; pero la resurrección estaba por llegar.

Tu vida también tiene sus silencios. Podría parecerte que no te responde ante ese problema, pero no es indiferente a tu dolor. ¡Sólo espera un poco más, pues un milagro de resurrección está gestándose!

Cada año, la naturaleza nos da una enorme lección de esperanza. Lo que parecía muerto, vuelve a llenarse de vida. Plantas secas reverdecen y florecen, incluso dan frutos. La muerte del invierno queda atrás con la resurrección de la primavera. ¿Lloraremos la flor perdida en el invierno? De ninguna manera.

Así como Jesús resucitó, nosotros también resucitaremos.

“En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza” (Sal. 17:15).

"Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él" (1 Tes. 4:13-14).

No estás solo. Y nunca lo has estado.

Alrededor tuyo se encuentra constantemente la bondad divina y su protección. No eres consciente, pero Dios está a tu favor. Te ama profundamente y si no experimentas más de su amor es porque no te lo has propuesto o lo has buscado de forma equivocada en la religión, y no estableciendo una relación.  

No estás solo.

Cuando el Señor Jesús fue a la cruz, dejó en claro que se trataba de un plan previamente establecido entre el Padre y Él por nuestra salvación; pero si lo hubiese querido de otro modo, miles de ángeles habrían sido enviados a socorrerle de parte de Dios Padre (una legión se componía de 6000 hombres de armas, 300 jinetes y de un gran número de discípulos, sirvientes y esclavos; doce legiones tendría alrededor de 80 mil ángeles). Si un solo ángel mató 150 mil personas en cierta ocasión, ¿puedes imaginar un ejército más poderoso?

No estás solo.

Lo que ha de ser en el bondadoso y sabio plan de Dios, será. Pero siempre será para tu eterno bien.

Fuente: Noticias cristianas