Según consignaron medios locales, Gustavo Girolami (55), cansado del volumen de la música, se presentó en la puerta del lugar acompañado de una azada, una herramienta filosa utilizada para labrar la tierra en el campo. 

La furia de este vecino contra una congregación ubicada sobre la calle Panamá al 3000, comenzó por el supuesto alto volumen de la música durante la reuniones. El implicado, tomó una azada, una herramienta filosa utilizada para labrar la tierra en el campo, e ingresó al edificio con insultos y amenazas hacia los presentes minutos antes de las 20 horas.

Según varios testimonios en fuentes locales, al ingresar al lugar, Girolami gritaba: “Vienen tres veces a la semana y yo les pido que bajen la música hace seis años. No me dejan dormir”.

Tras presentarse en la puerta de la Iglesia, el atacante permaneció durante varios minutos agrediendo y amenazando a los presentes, tras varios intentos por calmarlo, pero sin resultados, los encargados de la congregación llamaron al 911 para pedir ayuda.

Si bien el hecho no dejó víctimas, el implicado quedó aprehendido por personal de la Comisaría Séptima y se le iniciaron actuaciones por amenazas agravadas. Interviene la UFIJ N°15,

Fuente: enfoque evangelico