Buscar
jueves, 28 de marzo de 2024 05:32h.

TRATAMIENTO PARA COMBATIR LA OBESIDAD

“Dieta bíblica” combate la obesidad dentro de las iglesias en EEUU

La Iglesia hace un buen trabajo evitando cosas insanas como fumar, tomar alcohol, las drogas y la promiscuidad. Pero, no tanto en cuanto a la obesidad. Pero, no todo son malas noticias. Hay un programa diseñado para ayudar a compartir las buenas nuevas sin añadir kilos de más.

300w

La Iglesia hace un buen trabajo evitando cosas insanas como fumar, tomar alcohol, las drogas y la promiscuidad. Pero, no tanto en cuanto a la obesidad.

Investigaciones muestran que aquellas personas que comienzan a ir a la Iglesia en sus 20’s son más dados a ser obesos a mediana edad que aquellos que no asisten a la misma.

Esto preocupó mucho al médico cristiano Daniel Amen.

“Oré al respecto, porque en mi propia iglesia los vi sirviendo perros calientes, donas, helado, tocino, salchicha… y dije: Te dan toda esta comida para matarte joven… ¡Los salvamos y luego matamos!”, dice el Dr. Amen.

Él siente que es momento de que la Iglesia trate con su problema de peso.

“Sabes que no está bien, cuando tu cuerpo es templo del Espíritu Santo, y las iglesias básicamente te intoxican con comida de baja calidad. Y pienso: “Bueno, eso es lo que siempre hemos hecho. Así que está bien”, comenta el Dr. Amen.

El Dr. Amen, especialista en imágenes cerebrales, publicó dos estudios que muestran que a medida que el peso aumenta, el cerebro se encoge.

Es conocido que la obesidad reduce la calidad de vida, cuesta millones en cuidados médicos y puede llevar a una muerte temprana.

En Estados Unidos, la zona sur está a la cabeza.

"Y también es allí donde hay más iglesias evangélicas. Y no estoy de acuerdo con eso, ya sabes… ensanchar el cinturón de la Biblia", dice el Dr. Amen.

Pensando en eso, el Dr. Amen co-desarrolló un programa de pérdida de peso llamado el plan de Daniel.

Las clases tardan seis semanas, pero la dieta es una disciplina permanente.

“Me siento tan bien ahora. Nado una milla diaria. Un tiempo estuve en silla de ruedas, no podía mantener el equilibrio, pero, ¡ahora véanme!”, precisa Phyllis Neill, quién perdió 29 kilos.

Neill de 75 años se unió al plan de Daniel en su iglesia de Yorktown, Virginia. Sufría por dolores, depresión y no podía dormir por varios temas de salud.

“Vicodin, Ambien, fluoxetine, tomába tanta cosa”, dice Neill.

Phyllis logró perder 29 kilos, pudo dejar sus medicamentos, se sentía feliz y empezó a dormir como un bebé. Ella atribuye su éxito al elemento de fe en el plan.

“Dios solo tomó el control y Él ha bendecido tanto mi vida”, indica Neill.

Su esposo Dennis también se apuntó.

“Perdí 29 kilos al comer los alimentos de Dios”, dice Neill.

Dennis y Phyllis creen tanto en el programa que ahora enseñan a otros.

“Una de las cosas que le digo a las personas en clase es, si Dios llegara hoy y dijera: ‘Mira, quiero que hagas esta tarea por mí’. ¿y luego le dices que no estás apto físicamente para ello por el sobrepeso? ¡No, eso no funciona!”, expresa Neill.

La pareja enfatiza la importancia de librarse de comidas procesadas con ingredientes como glutamato monosódico, aceites industrializados y sirope de maíz y alta fructosa.

“Diabetes, cáncer, todo está relacionado al azúcar, hay que sacarlo del sistema. Somos secuestrados por la industria de comida”, indica Neill.

En lugar de alimentos empacados, Phyllis llena su cocina con comida natural, libre de químicos y endulzantes… piezas de pollo, vegetales cortados, huevos duros, frijoles, queso y nueces.

“Verá que mantengo toda fruta disponible. Mis nietros vienen a casa y aquí no piden dulces. Ellos van y toman un pedazo de fruta… y sus padres están tan felices por ellos”, dice Neill.

Beber agua ayuda, porque a veces nuestro cerebro nos engaña haciéndonos creer que tenemos hambre cuando lo que tenemos es sed.

Quienes integran el plan de Daniel se ejercitan regularmente y van a reuniones de apoyo.

Aunque la obesidad sigue como plaga en la Iglesia, cristianos estadounidenses dejan el sobrepeso gracias al plan de Daniel… que lleva el nombre del héroe bíblico cuya dieta reflejó su compromiso a Dios.

Fuente: cbn