Todas las grandes empresas tecnologías se fusionarán en la intersección de Big Data, big banks, Big Tech y big government y crearan un sistema de puntuación de crédito social que no sólo vinculará la actividad en Internet de las personas, sino también su cuenta bancaria y su estado de vacuna. 

El objetivo es crear una identidad digital integral, que combine los datos de salud y el estado de la vacuna con la banca y otros datos de identificación personal.

Bajo este sistema de puntuación social al estilo chino, los culpables de infracciones en línea en futuro próximo serán avergonzados públicamente y silenciados. Aquellos que proporcionan información contra-narrativa serán marcados, se les dará una advertencia y eventualmente se les bloqueará como divulgadores de “desinformación”.

Pierdes tu libertad de expresión, pero eso no es todo

En la sociedad actual y en un futuro, ser eliminado de Internet significará que no poder comprar o vender en línea o trabajar en un trabajo que requiere una conexión a Internet.

Por lo tanto, los pasaportes de salud, que actualmente se están implementando en todo el mundo, le impedirán comprar alimentos y artículos de primera necesidad en persona, mientras que el próximo pasaporte de Internet le impedirá ordenar sus necesidades en línea. Frente a esto se prevé que surgirá el mercado negro para aquellos que no sean considerados aptos según el sistema de puntuación disidente de la nueva normalidad. Todo esto suena una locura, pero todo va por este camino.

Si añadimos los avances en en cuanto a inteligencia artificial y reconocimiento facial y millones de cámaras de vigilancia, estamos hablando de un estado esclavista de encierro que hace que la ficción " 1984" de George Orwell parezca un pic-nic en el parque.

Pero no te quejes. Todo es ¿por nuestra seguridad?

Ya no importará que las personas hagan lo correcto, que crean en los hechos verdaderos, o que lleven el tipo de vida que resulta en una sociedad pacífica y feliz. Todos deben ajustarse a la  nueva normalidad.

En algún momento la trampa se cerrará y será demasiado tarde para excluirse. Usted cumple o se convierte en un enemigo del Estado.

Estas vías separadas de la tecnología en evolución eventualmente se fusionarán para crear una sociedad en la que todo, y cada persona, sea rastreado digitalmente. No solo el movimiento de sus cuerpos físicos, sino sus acciones, comportamientos, incluso sus pensamientos.

Las élites cuentan con que aceptemos este sistema en sus primeras etapas fragmentadas y la mayoría serán engañados. Las élites no les van a decir por adelantado lo que está involucrado en la Cuarta Revolución Industrial. Solo van a decir las partes que suenan bien: conveniencia, inclusión, seguridad, protección.

En un libro de 2018, Shaping the Future of The Fourth Industrial Revolution, Schwab escribió:
“Las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial no se detendrán en convertirse en parte del mundo físico que nos rodea, sino que se convertirán en parte de nosotros.  "De hecho, algunos de nosotros ya sentimos que nuestros teléfonos inteligentes se han convertido en una extensión de nosotros mismos. Los dispositivos externos de hoy en día, desde computadoras portátiles hasta auriculares de realidad virtual, casi con seguridad se volverán implantables en nuestros cuerpos y cerebros”.

Cuando escribió estas ideas en 2018, parecían las reflexiones de un futurista fuera de contacto y pocos prestaron atención, pero post COVID, estas ideas que hasta ayer parecían delirantes hoy ya están listas para ser implementadas.

Una vez cerrada esta trampilla, será muy difícil salir de sus garras. Este tiempo llegará, la Biblia lo profetizó miles de años atrás, la gente fuera de Cristo está durmiendo caminando hacia el Nuevo Orden Mundial. Venga pronto a Cristo, sea parte de la familia de Dios para escapar de la tribulación que viene al mundo, Dios promete en Su Palabra liberar a sus hijos de ese tiempo, viene un Gobernante Mundial que controlará el mundo entero, Dios también en ese tiempo desatará terribles juicios en el mundo descriptos en Apocalipsis.

Fuente: diariocristiano